martes, 8 de diciembre de 2020

MUCHACHAS QUE ALGÚN DÍA LEÁIS EMOCIONADAS...(Ernesto Cardenal, nicaragüense)

 Muchachas que algún día leáis emocionadas

estos versos
y soñéis con un poeta:
sabed que yo los hice para una como vosotras
y que fue en vano.

lunes, 2 de noviembre de 2020

RONDEL (Fracois Villon, francés)

 


Muerte, yo protesto por tu gran rigor,
porque me has quitado a quien más quería,
y aun así no quedas del todo contenta
si no ves que vivo sin poder vivir...
Aquí, pues, me tienes, sin vigor ni fuerza.
Mas ¿qué te dañaba ella con su vida, Muerte?
Éramos dos vidas con un corazón,
y, si ella está muerta,, preciso es que muera
o seguir viviendo sin tener ya vida,
como las imágenes, sólo en apariencia, ¡Muerte!

                        Traducción de Juan Victorio.

lunes, 12 de octubre de 2020

RIMA LVI (Gustavo Adolfo Bécquer, español)

 


Hoy como ayer, mañana como hoy

¡y siempre igual!

Un cielo gris, un horizonte eterno

y andar... andar.

Moviéndose a compás como una estúpida

máquina el corazón;

la torpe inteligencia del cerebro

dormida en un rincón.

El alma, que ambiciona un paraíso,

buscándole sin fe;

fatiga sin objeto, ola que rueda

ignorando por qué.

Voz que incesante con el mismo tono

canta el mismo cantar,

gota de agua monótona que cae

y cae sin cesar.

Así van deslizándose los días

uno de otros en pos,

hoy lo mismo que ayer... y todos ellos

sin gozo ni dolor.

¡Ay! ¡a veces me acuerdo suspirando

del antiguo sufrir!

¡Amargo es el dolor pero siquiera

padecer es vivir!

viernes, 4 de septiembre de 2020

BAJO ESTE CIELO AZUL (Domingo Gómez Rojas, chileno)

 Bajo este cielo azul todo florido de astros

cada pupila siente que se ahonda el abismo
y que ampliando sus formas tiene un florecimiento
de estrellas y de cielos, como la inmensidad.
Bajo el desnudo azul, luminoso de estrellas,
se dignifica todo: charco, flor y gusano;
y en el florecimiento desnudo de los astros
la original belleza canta a la Eternidad.
La beatitud serena de la noche refresca
las canciones de chapo sonoro de la fuente
y en toda cosa humilde la santidad del cielo
pone unciones de estrellas, pone besos de amor.
Los árboles enhebran sus canciones al viento,
las raíces ahondan el negror de la tierra
y entretejen los dedos de sus finas urdimbres
presintiendo en el polvo la transfusión del sol.
Las arañas triangulan sus geométricas telas
en rosales o en cardos y a través de los hilos
se proyectan pedazos de cielo con estrellas
y así, hasta la araña teje su cendal de luz.
Los senderos se alargan narrando una leyenda
de antiguos peregrinos que no volvieron nunca...
Los ojos se humedecen de bondad bajo el párpado
y los labios cuajados de besos se hacen frutas
largamente gustadas por una juventud.
Los abuelos se sienten renacer en los nietos
y sienten que prolongan la humanidad, la vida;
y la madre que siente la tibieza del hijo
al darle los pezones del seno, santifica
el horror de la carne que florece gusanos...
Yo pienso que en las noches todas floridas de astros
hay olor a la luz nueva de vírgenes estrellas,
y pienso que algún día lejano de una estirpe
nacerá él que, venciendo los zipos de la muerte
nos pondrá frente a frente de Dios y de la Vida
(y hasta pienso que yo vendré, lejanamente
desde otro astro, a escuchar las parábolas nuevas).

domingo, 9 de agosto de 2020

ROMANCE DE LUNA, LUNA (Federico García Lorca, español)

 


La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.