sábado, 2 de noviembre de 2019

UN CUENTO (Rosario de Acuña, española)




Paróse ante las puertas de la vida
         Un inocente niño
Y preguntó: “¿Para encontrar caricias,
Flores, arroyos, pájaros y nidos,
Me pudierais decir por dónde marcho?”
         “No conozco el camino:
Más adelante encontrarás un guía,”
          Le respondió el Destino.

            _______

Tornóse en joven, y con ansia loca
          Preguntó en su delirio:
“Para encontrar amores y riquezas,
Estimación, virtud, gloria y amigos,
Me pudierais decir por dónde marcho?”
           “No conozco el camino:
Si le quieres hallar, búscale sólo”;
             Le respondió el Destino.

miércoles, 26 de junio de 2019

CUANDO EN LA NOCHE (Gustavo Adolfo Bécquer, español)


Cuando en la noche te envuelven
las alas de tul del sueño
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano,
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho,
¡diera, alma mía,
cuanto poseo,
la luz, el aire
y el pensamiento!

Cuando se clavan tus ojos
en un invisible objeto
y tus labios ilumina
de una sonrisa el reflejo,
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
¡diera, alma mía,
cuanto deseo,
la fama, el oro,
la gloria, el genio!

Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento,
y tus mejillas se encienden
y entornas tus ojos negros,
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
la fe, el espíritu,
la tierra, el cielo.

sábado, 25 de mayo de 2019

LA FIEBRE (Francis Jammes, francés)


Las retamas lucen en el erial yermo;
sobre el ocre de los ribazos, el arbusto es de sangre:
pero no puedes sanar mi corazón triste, a donde baja
el recuerdo de mi pobre infancia que se fue.

Ven: es de esmeralda y plata el valle;
dulce como tu voz, el agua cuchichea al pasar,
y claro como tu risa es el ángelus creciente;
fresca como tu boca la espuma mojada.

Tengo fiebre: ven allí, cerca de estos romeros,
donde este pozo helado que roe la hierba fresca;
ven, lloremos y muramos, niña de los ojos serenos;
estamos cansados: yo, de sentir una brecha
en mi corazón, muerto de amor mientras fue mayo;
tú, cansada en tu primavera de no haber amado.

miércoles, 6 de febrero de 2019

ODA A MAYA (Jhon Keats, inglés)


¡Madre de Hermes! Y siempre joven Maya
¿Me será permitido cantarte como en aquellos días
en que te saludaban los himnos en las costas de Baia?
¿O habré de convocarte en antiguo siciliano?
¿O buscaré tus sonrisas, como buscaron antaño
en las islas de Grecia, los bardos que felices morían
sobre la hierba florecida,
dejando grandes versos a un pueblo pequeño?
¡Ah, dame su antigua fuerza, el arco de los cielos
y unos cuantos oídos;
por ti perfeccionado mi canto moriría contento,
como el de aquellos,
¡colmados por la simple adoración de un día!