sábado, 20 de diciembre de 2008

EL FRESNO (Ezra Pound, norteamericano) Traducción de Marcos Concha

Fui un débil y serio consejero

en todo sabio y anticuado;

pero renuncié a la indeferencia y estupidez

que la ancianidad usaba como engaño.



Yo era bastante imponente–al menos eso dicen-

los jóvenes en la esgrima;

pero renuncié a esta estupidez, estando contento

en otra manera que me sentía mejor.



Me enrosqué en los troncos del bosque de fresno,

escondí mi rostro donde el roble

desplegaba sus hojas sobre mí, y del yugo

de las antiguas sendas de los hombres me sacudí.



En la reposada laguna de Mar-nan-otha

enncontré mi novia

antaño era un árbol magnolio.

Ella me rescató de mis antiguas sendas

tranquilizó mi rencor de consejero

invitándome a alabar

nada más que el viento que palpita en las hojas.



Ella me sacó de mis antiguas sendas,

Tanto que los hombres dicen que estoy loco,

Pero he visto la aflicción humana, y estoy contento,

Porque se que la lamentación y la amargura son una estupidez.



Y yo? Me deshice de toda estupidez y pesar

envolví mis lágrimas en una hoja de olmo

y la dejé debajo de una piedra.

Y ahora los hombres me llaman loco porque lancé

toda la estupidez mía, expulsándola

de las antiguas sendas yermas de los hombres,

porque mi novia

es una laguna del bosque; y

aunque todos los hombres dicen que estoy loco

es solo que estoy contento-

muy contento, porque mi novia me ha dado un gran amor

que es más dulce que el amor de una mujer

que fastidia, quema y extravía.



Aie-e! Es cierto que estoy contento,

muy contento, porque está a solas conmigo

y ningún hombre nos molesta.



Una vez cuando yo estaba entre los jóvenes

Y decían que yo era fuerte, entre los jóvenes...



Había una mujer...

... pero olvido... era...

... espero que no venga otra vez.



... no recuerdo...

creo que me hirió una vez, pero

eso fue hace mucho tiempo atrás.



Yo no quiero recordar cosas nunca más.



Yo quiero una bandita de viento que sople

aquí en los fresnos:

porque estamos a solas,

aquí entre los fresnos.

DISONANCIAS DEL ARCO IRIS (Blaise Cendrars, francés)

Disonancias del arco iris en la telegrafía inalámbrica de la Torre
Mediodía
Medianoche
En todos los rincones del universo se murmura: "Merde"
Rayos
Cromo amarillo
Nos hemos contactado
Los transatlánticos se acercan desde todas las direcciones
Desaparecen
Todos están en movimiento
Y los relojes marchan
Paris-Midi informa que un profesor alemán fue devorado por los caníbales en el Congo
Bien hecho
L´Intransigeant publicó esta noche poemas para tarjetas postales
Es idiota que los astrólogos roben las estrellas
Cuando ya no se pueden ver
Le pregunto al cielo
El servicio meteorológico indica que el tiempo empeorará.

CANTO DE AMOR (Chen-To-Tsan, chino)

Tus manos son tan finas como flores de "lan"
y tus pies son dos lotos,
y tus mejillas como naranjas de Kiam-Nan.
Tu perfume es más dulce que el de la primavera,
y tu voz seductora canta como la brisa
que arrulla la palmera.

Tu aliento embriaga tanto
como los más fragantes
perfumes;
vuelva como el olor
de pagodas odorantes,
en donde humean todas
las gomas hechizantes.

Eres la fresca rama de un duraznero en flor
bañada en luz lunar.
Eres todas las flores y todos los perfumes
y todos los primores
del mundo matinal.
Cuando pienso en tus gracias,
yo no envidio a los dioses
ni su felicidad.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

PIE PARA EL NIÑO DE VALLECAS, DE VELÁZQUEZ (León Felipe, español)

Bacía, Yelmo, Halo.
Este es el orden, Sancho.

De aquí no se va nadie.

Mientras esta cabeza rota
del Niño de Vallecas exista,
de aquí no se va nadie. Nadie.
Ni el místico ni el suicida.

Antes hay que deshacer este entuerto,
antes hay que resolver este enigma.
Y hay que resolverlo entre todos,
y hay que resolverlo sin cobardía,
sin huir
con unas alas de percalina
o haciendo un agujero
en la tarima.
De aquí no se va nadie. Nadie.
Ni el místico ni el suicida.

Y es inútil,
inútil toda huida
(ni por abajo
ni por arriba).
Se vuelve siempre. Siempre.
Hasta que un día (¡un buen día!)
el yelmo de Mambrino
—halo ya, no yelmo ni bacía—
se acomode a las sienes de Sancho
y a las tuyas y a las mías
como pintiparado,
como hecho a la medida.
Entonces nos iremos todos
por las bambalinas.
Tú, y yo, y Sancho, y el Niño de Vallecas,
y el místico, y el suicida.

REIR LLORANDO (Juan de Dios Peza, mexicano)

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
El pueblo al aplaudirlo le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra,
Y más feliz..."

Y el cómico reía
Víctimas del spleen, los altos lores
En sus noches más negras y pesadas,
Iban a ver al rey de los actores,
Y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
Llegóse un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
Como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo;
No me importan mi nombre ni mi suerte;
En un eterno spleen muriendo vivo,
Y es mi única pasión la de la muerte.

-Viajad y os distraeréis.

-Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad.

-Tanto he leído!
-Que os ame una mujer.

-Si soy amado!
-Un título adquirid.

-Noble he nacido!
-Pobre seréis quizá?
-Tengo riquezas.
-De lisonjas gustáis?
-Mis tristezas.
-Vais a los cementerios?
-Mucho... mucho...
-De vuestra vida actual ¡tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
Yo les llamo a los muertos mis amigos;
Y les llamo a los vivos, mis verdugos.
Me deja -agrega el médico- perplejo
Vuestro mal, y no debe acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".
-A Garrik?
Sí, a Garrik... La más remisa
Y austera sociedad le busca ansiosa;
Todo aquel que lo ve muere de risa;
Tiene una gracia artística asombrosa!
-Y a mí me hará reir?
-Ah! sí, os lo juro;
El sí; nada más él; más... ;qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Cuántos hay que, cansados de la vida,
Enfermos de pesar, muertos de tedio,
Hacen reir como el actor suicida,
Sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! Cuántas veces al reir se llora!
Nadie en lo alegre de la risa fíe,
Porque en los seres que el dolor devora
El alma llora cuendo el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
Si sólo abrojos nuestra planta pisa,
Lanza a la faz la tempestad del alma
Un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
Que las vidas son breves mascaradas;
Aqui aprendemos a reír con llanto,
Y también a llorar con carcajadas.

sábado, 13 de diciembre de 2008

A MARGARITA DEBAYLE (Rubén Darío, nicaragüense)

Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».

Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».

Y ella dice: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas por el viento
fui a la estrella y la corté».

Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.

Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».

Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

* * *

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

jueves, 11 de diciembre de 2008

SI PARA RECOBRAR LO RECOBRADO (Francisco Luis Bernárdez, argentino)

si para recobrar lo recobrado
debi perder primero lo perdido
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado.
-
si para ahora estar enamorado
fue menester haber estado herido
tengo por bien sufrido lo sufrido
tengo por bien llorado lo llorado.
-
porque después de todo he
comprobado que no se
goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
-
por que después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

lunes, 1 de diciembre de 2008

EN PAZ (Amado Nervo, mexicano)

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!